Viracocha, el Ser Supremo


Para las culturas andinas, Viracocha, Wiracocha o Huiracocha era el Dios absoluto. En los mitos de la región aparece como el creador y ordenador del mundo, mencionando que creó el cielo y la tierra, y luego la pobló de plantas, animales y hombres primitivos.

También llamado «Dios de los Báculos» o «Dios de las Varas», era el principal dios del panteón de la Cultura Chavín. La estela Raimondi de la Cultura Chavín, un monolito de granito de 1,98 m de alto por 0,74 m de ancho, es la representación más antigua de la imagen de Viracocha.

Viracocha es en realidad una abreviatura del título con el que se lo trataba y no un nombre propio. Uno de sus títulos era Ilya Tiquisi Wyracoca Pacayacacic, que podría traducirse como «Antiguo Cimiento, Señor Instructor del Mundo».

También se lo llamaba Apu Qun Tiqsi Wiraqucha, que en quechua, apu significa «señor», tiqsi significa «fundamento»; y wiraqucha proviene de la fusión de dos vocablos: wira: grasa; cocha: lago, mar, laguna. Algunos historiadores opinan que el nombre correcto es WAIRACOCHA, que en quechua, «waira» significa «viento».

Viracocha también está grabado en la Puerta del Sol de Tihuanaco, quizás la más destacable de sus representaciones, y de donde surgen la mayoría de sus leyendas. Asimismo, se lo ha registrado en los tejidos de Karwa de Paracas, en las urnas ceremoniales de Wari y en el Templo de Koricancha de los Incas.

Puerta del Sol
Puerta del Sol

La multiplicidad de crónicas, de diversas fuentes, zonas y períodos, hace imposible una síntesis unificada de todas las ellas. Sin embargo, y aunque en alguna medida incompatibles, es posible trazar un hilo común.

Se dice que Virachocha apareció en la isla del Sol del lago Titicaca, y después se dirigió hacia Tiwanaku, donde estableció su asentamiento, y en un primer momento creó:

“el mundo oscuro y sin sol ni luna ni estrellas; y por esta creación le llamaron Viracocha Pachayachachic que quiere decir Creador de todas las cosas” (Krickeberg, 1971:185).

Una vez hecho eso Viracocha “moldeó” una raza de gigantes monstruosos (quienes habrían erigido la ciudad de Puma Punku), deformes por su gran tamaño, para ver si era conveniente crear a los hombres de ese porte. Ante esto, el mito cuenta que Viracocha reflexionó y dijo:

“No es bien que las gentes sean tan crecidas; mejor será que sean de mi tamaño”.

Viracocha - Puerta del Sol detalle Dios de los Báculos
Viracocha – Dibujo del relieve de la Puerta del Sol

Y así creó a los hombres a su semejanza – tallando en piedra las figuras del primer hombre y la primera mujer, y que al darle nombres, éstas cobraron vida -, y estos comenzaron a vivir en la oscuridad. Viracocha mandó a esos hombres a vivir bajo un precepto, con la advertencia que si lo quebrantaban, los hombres serían “castigados y confundidos”. Pero nacieron entre los hombres algunos con vicio y con codicia, por lo que rompieron el precepto, y Viracocha, en castigo, los condenó.

“Fueron unos convertidos en piedras y en otras formas, a otros tragó la tierra y a otros el mar, y sobre todos cayó el diluvio universal llamado pachacuti”.

El diluvio duró sesenta días y sesenta noches y la leyenda dice que se ahogaron todas las cosas creadas sobre la Tierra. Una vez terminado el Diluvio, Viracocha, creó al Sol (Inti), a la Luna (Mama Quilla) y las estrellas, y decidió crear nuevamente a los hombres con la ayuda de tres asistentes, a quienes delegó también las tareas secundarias de la creación de los animales, las plantas y las flores:

“Pasando el diluvio, y seca la tierra, determinó el viracocha de poblarla por segunda vez, y para hacerlo con más perfección determinó crear luminarias (…) Entonces mandó a que saliese el sol, la luna y estrellas y se fuesen al cielo para dar luz al mundo. Y así se hizo, y dicen que la Luna iluminaba más que el sol y este celoso, lanzó un puñado de cenizas a ella” 

Cer_mica Wari
Cerámica Wari con dibujo de Viracocha

Viracocha al igual que otras deidades, fue nómada, y tomó su camino haciendo sus obras por la región andina. Luego Viracocha, queriendo dejar esta tierra, informó a la gente sobre las muchas cosas que habrían de suceder. Les dijo que con el tiempo habrían de venir gente diciendo ser Viracocha y a los cuales no les deberían de creer.

Y dicho esto, Viracocha junto con sus ayudantes se reunieron en la costa, bajo la línea equinoccial cerca al Ecuador, y se dirigieron hacia el mar, «caminando sobre las aguas, como por la tierra, sin hundirse» y se alejó con sus ayudantes en la inmensidad del océano.

En su rol como civilizador de pueblos originarios, su semblante «caucásico», sus discursos proféticos y su salida por el mar, el mito de Viracocha guarda una similitud milimétrica con la leyenda de Cē Ácatl Tōlpīltzin Quetzalcóatl, Rey de Tula.

El mito sugiere que Viracocha era alto, robusto, blanco, con abundante cabello rubio y barbado, características que no existen en la fisionomía del hombre andino. Viracocha era un maestro de la ciencia y la magia, arquitecto y escultor.

Tiwanaku - Dibujo de Viracocha
Representación de Viracocha en la cultura Wari

Crónicas y recopilaciones

Las crónicas y recopilaciones españolas que transcriben los mitos andinos sobre Viracocha y sus obras en Tiwanaku son las siguientes:

Juan de Betanzos, en «Suma y Narración de los Incas» (1551), la primera de todas las crónicas, dice:

“Y en estos tiempos que esta tierra era toda de noche, dicen que salió de una laguna que es en esta tierra del Perú en la provincia que dicen de Collasuyo, un señor que llamaron Con Titi Viracocha, el cual dicen haber sacado consigo cierto número de gentes del cual número no se acuerdan.

Y como éste hubieses salido de esta laguna, fuese de allí a un sitio que es junto a esta laguna, que está donde hoy día es un pueblo que llaman Tihuanacu, en esta provincia ya dicha del Collao; y como allí fuese él y los suyos”.

«Hizo, (Viracocha), de piedra cierta gente y manera de dechado de la gente que después había de producir…»

Wiracocha
Viracocha – Dibujo del relieve de la Puerta del Sol

Cristóbal de Molina señala en «El Cusqueño: Relacion de las Fabulas y Ritos de los Incas» (1573):

“en Tiahuanaco, el Hacedor, wiracocha, empeçó hazer las jentes y naciones que en esta tierra ay;»

“… dicen que al tiempo que el Hacedor estaba en Tiahuanaco, porque dicen que aquél era su principal asiento, y así allí hay unos edificios soberbios de grande admiración…”

“Dicen también en esta misma fábula, que en Tiahuanaco, donde dicen hizo todas las gentes, hizo todas las diferencias de aves, animales, culebras, y demás sabandijas, y que allí manifestó a las gentes los nombres y propiedades que las aves y animales y demás sabandijas tenía”.

La versión de Cristóbal de Molina narra que el Sol y la Luna se crearon en Tiawanaku y, desde allí, ambos astros se dirigieron a la isla (Titicaca) desde donde se elevaron al espacio.

Wiracocha (diseño de Miller, 1996)
Wiracocha (diseño de Miller, 1996) sobre el relieve de la Puerta del Sol

Sarmiento de Gamboa detalla la creación de la humanidad en Tiwanaku en «Historia Indica» (1572):

“Y dejando (Wiracocha), la isla (Titicaca), pasó por la laguna a la tierra firme, y llevando en su compañía a los dos criados que había conservado fuese a un asiento, que agora llaman Tiaguanaco, que es de la provincia de Collasuyo, y en este legar esculpió y dibujo en unas losas muy grandes todas las naciones que pensaba criar…”

“otros afirman que esta creación el Viracocha la hizo desde el sitio de Tiaguanaco, adonde habiendo formado al principio unos bultos de jayanes (gigantes) y pareciéndole desproporcionados, los torno a hacer de su estatura – era, según dicen, el Viracocha de mediana dispusición de las nuestras – y formados, les dio espíritu, y que de allí se partieron a poblar las tierras…” 

Luego de detallar la creación de la humanidad en Tiwanaku, Sarmiento cuenta que Viracocha envía a la gente a poblar las tierras, pero antes de partir, éstos edifican una ciudad para que él resida en ella:

“…y hiciesen en Tiaguanaco los edificios, cuyas ruinas agora se ven, para morada de Viracocha, su hacedor,…”

José de Acosta señala en «Historia Natural y Moral de las Indias» (1590):

“…dicen los indios que con aquel su diluvio se ahogaron todos los hombres y cuentan, que de la gran laguna Titicaca salió un Viracocha, el cual hizo asiento en Tiaguanaco, donde se ven hoy ruinas y pedazos de edificios antiguos y muy extraños…”

Las recopilaciones coinciden en identificar a Viracocha como un ser sanador que se hizo útil con las personas necesitadas. Donde quiera que pasó, él sanó a todos los estaban enfermos y restauró la vista a los ciegos. Caminaba con un bastón y se dirigió a los nativos con amor, llamándolos sus hijos e hijas. Habló toda lengua aún mejor que los nativos. Habría venido para establecer el orden en el mundo, crear y civilizar, contando para ello con inmensos poderes.

Habría llevado a cabo su misión civilizadora con gran bondad y en la medida de lo posible había abjurado el uso de la fuerza: una cuidadosa instrucción y el ejemplo personal había sido el principal método utilizado para instruir a las personas con las técnicas y conocimientos necesarios para una vida culta y productiva. En particular, fue recordado por traer al Perú ese tipo de habilidades variadas como la medicina, la metalurgia, la agricultura, la ganadería, y el arte de escribir.

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