Ur: el modelo de ciudad


Ur fue una de las ciudades más influyentes del mundo sumerio, destacada por su poder religioso, su actividad comercial y su papel político. Como ciudad-estado, tuvo períodos de autonomía, pero alcanzó su máximo esplendor como capital del Imperio neosumerio bajo la dinastía de Ur III (s. XXII AEC), consolidándose como un modelo de administración imperial y de urbanismo mesopotámico.

Ciudades de Sumer y Acad

Los habitantes locales llamaban a estas ruinas Tell al-Muqayyar (‘montículo de brea’). Originalmente, estaba localizada cerca de Eridu y de la desembocadura del río Éufrates en el golfo Pérsico. Hoy en día, sus ruinas se encuentran a 24 km al suroeste de Nasiriya, en el actual Irak.

Ver publicación: Eridú
Recreación de la antigua ciudad de Ur c. 2000 AEC. Imagen

Redescubrimiento

La primera investigación en la zona fue llevada a cabo por el cónsul británico en Basora J. E. Taylor en 1854 por sugerencia del Museo Británico. Ya entonces se encontraron tablillas que indicaban que los restos pertenecían a la Ur bíblica; sin embargo, esto no fue suficiente para que se realizasen investigaciones de importancia y poco después se abandonó el lugar, produciéndose saqueos. Miles de tablillas cuneiformes terminaron en los mercados de Bagdad y, desde allí, en colecciones privadas.

Woolley y su equipo (arriba) en una de las últimas tumbas de Ur, excavada durante 1933-34. Imagen

Tras la Primera Guerra Mundial (1914-1918), Irak pasó a formar parte del Imperio británico. Esta situación fue aprovechada por el Museo Británico, que consiguió establecer excavaciones en Ur, Eridu y El Obeid entre 1918 y 1919.

En 1920, arqueólogos de la Universidad de Pensilvania al mando de Leonard Woolley tomaron el relevo de los ingleses. En las excavaciones, que duraron hasta 1934, se encontraron numerosos objetos de valor, entre los que destacó el contenido de las llamadas Tumbas Reales.​

Excavación liderada por Leonard Woolley en Tell al-Muqayyar, 1934. Imagen

Historia

Los primeros restos de Ur pertenecen al período de El Obeid (V milenio AEC), en el cual se produjeron los primeros asentamientos urbanos en la zona. Ur es, por tanto, una de las ciudades más antiguas de Sumeria. Durante el IV milenio AEC (período de Uruk) la gran cantidad de cerámica encontrada parece indicar que Ur pudo haber sido un centro importante de producción. 

Ver publicación: Uruk
Gran Zigurat de Ur. Imagen

Primera dinastía de Ur Hacia el 2500 AEC

La lista Real Sumeria hace referencia a una cesión de la realeza desde Uruk al monarca de Ur, Mesannepada, en la 1ra dinastía de Ur. En los sellos de este rey se encuentra que se titulaba rey de Kish, título que con toda probabilidad hacía referencia a todo el territorio de la Mesopotamia central, apoyado por el uso que luego le daría Sargón de Acad a este título.

Ver publicación: Lista Real Sumeria

«Entonces Unug (Uruk) fue derrotado y la realeza pasó a Urim (Ur)»

  • Mesanepada de Urim: 80 años
  • Mesh-Ki-Ang-Nanna de Urim: 36 años
  • Elulu de Urim: 25 años
  • Balulu de Urim: 36 años

«Entonces Urim (Ur) fue derrotada y la realeza pasó a Awan».

De estos dos últimos reyes se destaca que sus nombres no son sumerios sino acadios.​

Estandarte de Ur, Cara de la Paz. fue hallado en una tumba perteneciente a los siglos XXVII-XXV, en el período Dinástico Arcaico. Imagen

Segunda dinastía de Ur

Los nombres de los monarcas de la dinastía II de Ur aparecen muy deteriorados en la lista Real; sin embargo, se conocen bien los acontecimientos de la dinastía II de Ur, marcados por la rivalidad entre las distintas ciudades. Hacia el siglo XXIV AEC el rey de Umma, Lugalzagesi, conquista las ciudades del sur de Mesopotamia, incluida Ur, formando una hegemonía local y declarándose rey de Kish, al igual que habían hecho los monarcas de la dinastía I de Ur.​

  • Nani de Urim: 120 años
  • Mesh-Ki-Ang-Nanna de Urim: 48 años
  • ? de Urim: 2 años

«Entonces Urim (Ur) fue derrotada y la realeza pasó a Adab».

El dominio de Lugalzagesi no duró mucho ya que hacia el 2335 AEC Sargón I de Acad fundó Agadé y comenzó sus conquistas, venciendo primero a Lugalzagesi y después a todas las ciudades sumerias, incluida Ur, de la que derribó sus murallas. Tras esto, Ur y las demás ciudades sumerias quedaron incorporadas al Imperio acadio.

Excavaciones de Ur. Circa 1900. Imagen

Tercera Dinastía de Ur

El renacimiento sumerio es un período que comprende los años entre la caída del Imperio acadio y el período de las dinastías amorritas de Isín y Larsa, entre los siglos XXII AEC y XXI AEC. Dentro de esta etapa destacan los años de la llamada Tercera Dinastía de Ur o Ur III, por darse en estos una nueva hegemonía que abarcaría toda Mesopotamia, con la ciudad de Ur a la cabeza.

Tras la caída del Imperio acadio las ciudades sumerias recuperaron su independencia. En este contexto, la ciudad de Ur quedó convertida en una gran capital, llegando a alcanzar los 200.000 habitantes. 

Ekishnugal (ziggurat de Ur)
Recreación del Gran Zigurat de Ur

De acuerdo a la Lista Real Sumeria, esta fue la lista de gobernantes de la 3er dinastía de Ur: «Renacimiento Sumerio»

  • Ur-Nammu de Urim: 18 años gobierna hacia el 2111 AEC–2094 AEC en la cronología mínima
  • Shulgi: 46 años gobierna hacia el 2093 AEC–2046 AEC en la cronología mínima
  • Amar-Sin de Urim: 9 años hacia el 2045-2037 AEC
  • Shu-Sin de Urim: 9 años hacia el 2036-2028 AEC
  • Ibbi-Sin de Urim: 24 años hacia el 2027-2003 AEC

«Entonces Urim (Ur) fue derrotada y la realeza pasó a Isín»

Ur-nammu se dio a sí mismo el título de «rey de Sumer y de Acad», que si bien no se conocen con precisión los límites de sus dominios, se han encontrado inscripciones suyas en numerosas ciudades sumerias —Nippur, Lagash, Uruk, Larsa, Eridu y Ur.

Ver publicación: Nippur, sede religiosa

No fue un rey con carácter expansionista, no intentó construir un gran imperio como Sargón y sus sucesores. En lugar de eso se dedicó a unir las ciudades de Mesopotamia central y meridional, y a una intensa labor de reformas en la administración y construcción de infraestructuras.

Ur-nammu (ca. 2112–2004 B.C.)
Ur-nammu (ca. 2111–2094 AEC)

Durante su reinado se redactó el llamado código de Ur-Nammu, se unificó la jurisprudencia, se fijó la equivalencia entre las diferentes monedas existentes, se excavaron nuevos canales de riego y se abrieron nuevas rutas comerciales

Se reconstruyeron los templos destruidos en las invasiones de los Guti y se edificaron nuevos santuarios, especialmente en la capital, Ur. Edificó un zigurat dedicado al dios de la luna sumerio, Nannar/Sin y nombró a su hija Ennirgalanna sacerdotisa de dicho templo.

Las ciudades sumerias perdieron la autonomía de la que disfrutaban en otro tiempo y pasaron a estar bajo control directo del rey de Ur. Sus sucesores disfrutarían de años de prosperidad y estabilidad política, que aprovecharían para expandir las fronteras y crear el imperio de Ur.

Detalle estela de Ur-Nammu
Estela de Ur-Nammu a la izquierda y el dios Nannar a la derecha. Ur, c. 2080 AEC.

El código de Ur-Nammu, que antecedió en trescientos años al código de Hammurabi, está estructurado de manera que, a cada crimen le sigue un castigo específico, estructura copiada en códigos posteriores.

Al contrario que el código de Hammurabí, cuya máxima popular es el ojo por ojo, el código de Ur-Nammu contempla compensaciones económicas en lugar de daños físicos como pago a ciertos crímenes. Sin embargo el asesinato, el robo, el adulterio y el rapto son considerados ofensas capitales que no admiten tal compensación.

Estela de Ur-Nammu
Estela de Ur-Nammu

Hacia finales del siglo XXI AEC los elamitas, dirigidos por el rey de Simash y que hasta entonces habían estado sometidos a Ur, arrasaron la ciudad. Los templos fueron saqueados y las viviendas destruidas; su monarca Ibbi-Sin fue hecho prisionero y llevado a Elam. Luego, la ciudad cayó bajo la influencia de Ishbi-Erra.

En este contexto se desarrollan las llamadas Lamentaciones de Ur, un texto sumerio en el cual se atribuye la caída de Ur a la pérdida del favor de los dioses, tras lo cual se narran una serie de proyectos y deseos para que la ciudad recupere su estado anterior.

Zigurat de Ur

El Gran Zigurat de Ur, ordenado por el rey Ur-Nammu de la 3ra Dinastía (c. 2100 AEC), estaba dedicado al culto del dios de la Luna, Nannar, patrono de la ciudad-estado de Ur.

En la mitología mesopotámica, Sin, Sinai, Nanna, Nannar, Suen o Zuen es el dios de la Luna. Para los sumerios, era conocido como Nanna o Nannar, hijo de Enlil, dios del viento y del cielo, y de Ninlil, diosa del aire. Sin era su nombre en acadio y babilonio. Comúnmente se le designaba como En-zu, que significa ‘Señor de la sabiduría’.

Ver publicación: Panteón de dioses sumerios
El Gran Zigurat de Ur durante el proceso de desmonte (Fuente: Penn Museum, Filadelfia). Imagen

El Gran Zigurat de Ur fue descubierto en 1922 por Sir Leonard Woolley, en un proyecto conjunto con el Museo de la Universidad de Pensilvania en Filadelfia y el Museo Británico de Londres. En esa época existió una “fiebre” por este tipo de monumentos religiosos.

A su llegada, los expedicionarios se toparon con un cúmulo de adobe que por fuera parecía tener una fachada hecha artificialmente. Un par de escaleras en uno de sus laterales los convenció de remover el polvo y las plantas que lo cubrían. Luego de un intenso trabajo, descubrieron el Zigurat de la antigua ciudad de Ur, el cual se consideró como el mejor conservado y en 2016 se convirtió en Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Leonard Woolley comenzó un trabajo de limpieza y recuperación del zigurat en 1922. Esta foto es de 1923 (Fuente: Penn Museum, Filadelfia). Imagen

Woolley halló una construcción piramidal de 64 por 46 metros, con tres niveles de terrazas que originalmente medían 21 por 31 metros. Las tres escaleras laterales conducían a la terraza principal y una segunda continuaba el ascenso. Al igual que el resto de ziguratsen su interior se encontraba un núcleo de adobe y sus paredes exteriores estaban construidas con ladrillos cocidos, cada una de ellas orientada a un punto cardinal.

Su estructura de más de 720.000 ladrillos cocidos quedó en pleno abandono hasta que en la década de 1970 comenzó un proceso de restauración y recuperación de lo que fue el mayor templo religioso de esa región.

En el Zigurat todo sucedía externamente, ya que no contenían recámaras ocultas en el interior y las terrazas estaban adornadas por plantas y árboles, por lo que de allí nacieron los monumentales Jardines Colgantes de Babilonia, maravilla antigua que la civilización moderna no llegó a conocer.

La restauración del zigurat de 1980. Fuente: Kaufingdude, CC BY-SA 3.0. Imagen

Como el resto del veintenar de zigurats repartidos por Medio Oriente, las cimas se vieron afectadas por el paso del tiempo y solo llegaron a sobrevivir dos de los tres niveles.

Mil años después, en siglo VI AEC, Nabucodonosor II llevó a cabo una ambiciosa reconstrucción de los templos de Ur, que aún era un importante centro urbano. Desde ese entonces, no fue hasta la década de 1970 que Sadam Hussein inició un plan de recuperación y restauración completa del Zigurat.

El declive de la ciudad solo se produjo tras el final de los reinos mesopotámicos, con la conquista de la región por parte del Imperio persa.

Plano del témenos, zona sagrada delimitada por un muro de la ciudad de Ur. Imagen

Las tumbas reales

Uno de los hallazgos más sorprendentes de la misión de Leonard Wooley en Ur fue una serie de 16 sepulturas a las que se denominó las Tumbas Reales de Ur.

Pertenecían al período Dinástico Arcaico y estaban constituidas por paredes de ladrillo o piedra coronadas por una bóveda. Se encontraban en un cementerio mayor, destinado a todo tipo de personas y que contenía más de 2500 tumbas.

Tumbas reales de Ur. Imagen

Cada una de las tumbas reales contenía un cuerpo principal y un cierto número de acompañantes, así como numerosas riquezas. Entre todas las riquezas encontradas destacan copas de oro, puñales también realizados en oro y arpas talladas en forma de animales coronados en muchos casos con cabezas de oro, todos estos objetos reflejan un gran trabajo de orfebrería.

Daga ceremonial con su funda, hallada en la tumba PG 580 en el Cementerio Real de Ur. La daga está decorada con filigrana y técnicas de granulación de orfebres, en lapislázuli azul y oro. Data del s. XXVI AEC. Imagen

Entre todas las sepulturas destaca una, por la magnificencia de sus tesoros y por ser la única que se halló completamente intacta, la de la reina Puabi, identificada gracias a un sello cilíndrico hallado en el interior.

En su espacio sepulcral, además de la reina, se encontraban los cuerpos de cinco hombres armados y diez mujeres acompañadas por la magnífica Arpa de Ur rematada por la cabeza de un toro en oro. La cámara contenía incluso un carro y los esqueletos de dos bueyes.

Woolley hallaba en Ur las tumbas reales con fastuosos tesoros. Imagen

El cuerpo de la reina estaba envuelto en joyas y mantos con incrustaciones. Sobre la cabeza llevaba un tocado a base de hojas y una peineta rematada por estrellas de cinco puntas. Cerca de su mano tenía una copa de oro. Debajo de un baúl había un pasadizo que comunicaba con otra cámara funeraria, en la que se encontraba el rey A-kalam-dug de Ur, cuya tumba había sido parcialmente saqueada.

El sello de Pu-abi, presidiendo un banquete. El sello le otorga su título, eresh o «reina». Imagen

Otra de las tumbas reales pertenecía al lugal Meskalamdug. En otra de las fosas, cuyo dueño no se conoce, se encontraron 74 cuerpos, la mayoría de mujeres, lujosamente ataviados. Es en esta última tumba donde se encontró el Estandarte de Ur, una de las piezas más célebres de las halladas en la ciudad.

Estandarte de Ur, Cara de la Guerra. Período protodinástico (c. 2500 AEC). Imagen

El juego de Ur

El Juego Real de Ur es un juego de mesa sumerio encontrado durante las excavaciones en el Cementerio Real de Ur, en la tumba PG 513 (anónima). Leonard Woolley encontró 5 tableros allí. Posteriormente, otros arqueólogos han encontrado más ejemplares de este juego en diversos lugares del Próximo Oriente.

Sus medidas son de 26,7 cm de largo por 11,4 de ancho, con un estrechamiento en donde su anchura se reduce un tercio, y posee fichas circulares. Se juega de a dos personas y supone un precedente del actual juego de backgammon.

Uno de los 5 tableros encontrados por Sir Leonard Woolley en las tumbas reales de Ur. Imagen

Datan en la Primera Dinastía de Ur, antes del 2600 AEC, lo que los convierte en uno de los ejemplos más antiguos de juegos de mesa, junto con el antiguo juego egipcio llamado Senet (del que existen registros posiblemente anteriores al siglo XXXIII AEC).

El tablero del juego tiene veinte casillas y para jugar se necesitan dos jugadores los cuales cuentan con 7 fichas cada uno (negras y blancas) y se usaban tres dados tetraedricos.

Tabla de reglas del 177 AEC. Imagen

Las reglas del juego son desconocidas pero hay una posible reconstrucción del modo de juego basado en una tablilla de arcilla con escritura cuneiforme de origen babilónico del 177-176 AEC, que permite suponer que, como el Senet, era un juego en el que dos jugadores compiten para llevar sus piezas de un extremo al otro del tablero, como el backgammon.

Posible movimiento de las fichas en el juego real de Ur. Imagen

Ur en la Toráh

Ur está positivamente identificada como la bíblica Ur de los caldeos o Ur Kaśdim, la ciudad cuna del profeta y patriarca hebreo Abraham.

La Biblia nos dice que Abraham, el hombre que forjó el destino de las tres principales religiones monoteístas de la actualidad, creció y se educó en Ur, nada menos que la principal ciudad-estado de Sumer en su momento de mayor apogeo, el renacimiento sumerio de la tercer dinastía de Ur.

Crédito: artpictures.club. Imagen

Gén.11.31. Y tomó Taré a Abram su hijo, y a Lot hijo de Harán, hijo de su hijo, y a Sarai su nuera, mujer de Abram su hijo, y salió con ellos de Ur de los caldeos, para ir a la tierra de Canaán; y vinieron hasta Harán, y se quedaron allí.

Gén.15.7. Y le dijo: Yo soy Jehová, que te saqué de Ur de los caldeos, para darte a heredar esta tierra.

Viaje de Abraham a Canaán de acuerdo al libro de Génesis. Imagen

La Harán,​ Jarán o Harrán mencionada en la bíblia era el otro centro dedicado al culto del dios de la Luna Nannar/Sin, junto con la ciudad de Ur. Quizás, siendo ciudades hermanadas por la adoración del mismo dios, sea la razón de porque decidieron detenerse allí luego de salir de Ur.

Harán está localizada al sudeste de la actual Turquía, en el cruce de Damasco, Karkemish y Nínive. Las inscripciones asirias desde el reinado de Tiglath-Pileser I mencionan este lugar hacia el 1100 AEC con el nombre de Harrānu, que significaría «carretera, ruta, recorrido» en acadio.

Ver publicación: Nínive
Caldea y los países limítrofes

«Caldea» es el nombre con que se conoció en la Antigüedad la región situada en la media Mesopotamia, al establecerse en ella los caldeos, una tribu semítica que por su lengua se asume que están relacionados con los arameos.

Ver publicación: Abraham el sumerio
Caldea, identificada como Shumir (Sumer), y los países limítrofes

Posteriormente esta denominación se extendió a toda la región de Babilonia, pero solo puede llamarse Caldea con propiedad a la zona extrema suroriental de la parte meridional de la cuenca del Éufrates y el Tigris. El término ‘caldea’ proviene del latín Chaldaeus, y este del griego antiguo, que a su vez proviene del acadio kaldû.

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2 comentarios sobre “Ur: el modelo de ciudad

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