Los Papiros de Elefantina


Los papiros de Elefantina son un conjunto de documentos que pertenecieron a los miembros de las comunidades judías y arameas que habitaban en la isla de Elefantina («Yeb» era su nombre en arameo) y en la ciudad de Siene (actual Asuán), en el Alto Egipto.

Los papiros nos dan información acerca de la vida de la comunidad judía asentada en la zona de Alejandría tras la toma de Jerusalén en 586 AEC por Nabucodonosor II, aunque existen datos de asentamientos en época de Manasés (697 AEC y 642 AEC). Desde los reyes lágidas, los judíos de la Diáspora se establecieron en la ciudad atraídos por el Museo de Alejandría, protegidos por la tolerancia del mundo pagano en materia de diversidad religiosa, y crearon un activo foco intelectual con un centro de estudios hebraicos.

Estos papiros fueron encontrados en sucesivas excavaciones llevadas a cabo en los años 1906, 1911 y 1953, y fueron datados del siglo V AEC, más precisamente entre los años 495 y 399 AEC. Están escritos en arameo, la lengua franca del Imperio Persa Aqueménida de los siglos V y IV AEC, del cual formaban parte tanto Egipto como la satrapía de Yehud, antiguo reino de Judá.

Mapa con las provincias (satrapías) del antiguo Imperio aqueménida o persa. Imagen

Luego de la conquista por parte del Imperio de Babilonia en 587-586 AEC, el Reino de Judá pasó a ser la Provincia de Jehud (en arameo: Yehud Medinata). Posteriormente, al ser tomada por el Imperio Aqueménida en 539 AEC, la provincia mantuvo su nombre y territorio pero con el título de Satrapía. Tiempo después, alrededor del 332 AEC, Alejandro Magno conquistó Yehud acabando con el dominio del imperio persa.

Elefantina

Elefantina es una isla egipcia situada en medio del río Nilo, junto a la primer catarata, frente a la moderna ciudad de Asuán. Su tamaño es de 1350 m de longitud por 780 m de ancho.

Ubicación Elefantina. Imagen

La isla puede haber recibido su nombre por la forma de las rocas redondeadas a lo largo de los bancos, las cuales se asemejan a la de los elefantes.

Roca de la Isla de Elefantina. Imagen

En cuanto a Asuán, su nombre proviene de Siena (comerciar):

  • Syene → As Syene → As Suen → As Suán → Asuán

La isla tuvo gran importancia desde épocas antiguas hasta el periodo helenístico por estar adyacente a la primer catarata. En la misma había emplazada una importante guarnición militar que controlaba las rutas del sur de Egipto.

Durante el Segundo Período Intermedio (1650-1550 AEC), la fortaleza de la guarnición militar marcaba la frontera sur de Egipto.

Isla de Elefantina

De acuerdo con la mitología egipcia, esa fue la morada de Jnum, dios con cabeza de carnero, quien vigilaba y controlaba las aguas del Nilo desde unas cuevas bajo la isla. En Elefantina se veneraba a la tríada compuesta por Jnum, Satet y Anuket.

En la isla se han descubierto valiosos restos arqueológicos que van desde las primeras épocas de formación de la civilización egipcia hasta la época romana.

La comunidad judía de Elefantina

La población judía de Elefantina constituyó una próspera comunidad. Muchos de sus integrantes eran descendientes de los exiliados del Reino de Judá luego de la conquista y destrucción de Jerusalem por parte de Nabucodonosor II en 586 AEC.

Barrio de casas de la guarnición judía en la Isla Elefantina. Imagen

Como a la población judía de la zona no se le permitía trabajar la tierra, pero sí podían servir como legionarios, a ello se dedicaron. La mayoría de los integrantes de la comunidad judía de Elefantina formaba parte de la guarnición militar persa de la isla cuyo propósito era defender la frontera del sur de Egipto contra posibles invasiones.

Documentos hallados

Los hallazgos arqueológicos de la isla revelan fascinantes detalles de la vida cotidiana. Entre los Papiros de Elefantina destaca la existencia de un grupo de documentos gubernamentales asociados al Sátrapa persa Arsames, que datan del período 428-406 AEC.

Los principales archivos judíos de estos papiros son:

  • Mibtahian: 11 docs. jurídicos, archivo de una familia, 471-410 AEC
  • Ananiah: 13 docs. jurídicos, archivo de una familia, 456-402 AEC
  • Yedaniah: 11 cartas y una lista, archivo comunal, 419-407 AEC
Papiro de Elefantina de un Contrato Matrimonial Museo de Brooklyn, Nueva York

En un papiro de Contrato Matrimonial se lee la tradicional fórmula judía: «Ella es mi esposa y soy su marido siempre». El escribano del acto, Nathan Ben Ananiah, era un sacerdote de Yahvé, Dios de Israel. El matrimonio es entre Ananiah y Tamut, la hija de Meshullam. Está escrita en Arameo y fechada del 3 de julio del 449 AEC.

El Templo de Elefantina

La comunidad judía de Elefantina tenía su propio templo dedicado a Yahveh, situado justo junto a la capilla erigida para culto al dios local, Jnum.

El Templo al dios Jnum, erigido por Nectanebo II. Imagen Claude Valette

En dicho templo la comunidad local ofrecían sacrificios a Yahvé, no sólo de grano e incienso sino también de animales (práctica que contradice el mandamiento explícito de la Torá el cual limita tales ofrendas al templo de Jerusalem).

Los papiros de Elefantina nos informan que, entre los años 525 y 522 AEC el rey persa Cambises, el hijo de Ciro II el Grande, como represalia por las revueltas egipcias contra su gobierno, decretó la destrucción de los templos egipcios de la isla Elefantina. Dado que las tropas judías le eran leales, el templo judío fue mantenido intacto, lo que generó el recelo de los egipcios.

Relieve policromado con el dios Jnum abrazando al faraón. Imagen

Durante una escalada de violencia, hacia el 410 AEC, y en ausencia del Sátrapa de aquel entonces Arsames, los egipcios atacaron y demolieron el templo judío. Este hecho constituye el primer caso de antisemitismo documentado de la historia.

La llamada «Carta de Yedoniah», parte de los documentos encontrados, es una solicitud de Yedoniah para la reconstrucción del templo judío. La carta está dirigida a Bagoas, gobernador de Judá, y está fechada en el año 17 del rey Darío (II), es decir en el 407 AEC.

«Carta de Yedoniah», uno de los papiros de Elefantina. Imagen

De acuerdo a los papiros, poco tiempo después se realizó la reconstrucción del mismo. El descubrimiento de los restos del pequeño templo judío, en cuyas bases se evidenciaba dos capas de baldosas, indica que lo que se menciona en los papiros es fiel a los hechos, el templo había sido destruido y luego reconstruido.

Cuando finalmente los persas fueron expulsados de Egipto, hacia el 400 AEC, el templo judío fue destruido nuevamente y comenzaron las hostilidades hacia la población judía -quienes habían sido leales a la satrapía persa. Las matanzas de los individuos de la colonia judía de Elefantina impulsó a los supervivientes a abandonar la isla.

La emigración

Existe la teoría que este éxodo de la población judía de Elefantina es el inicio de la comunidad judía de Etiopía, o al menos parte de ella, ya que como debían salir con urgencia del territorio egipcio deben haberlo hecho por la frontera Sur, la más cercana, que lleva hacia Sudán y de allí a Etiopía.

Bajo esta hipótesis, los judíos de Elefantina habrían remontado el Nilo y se habrían asentado al norte de Etiopía, constituyendo el origen de la comunidad actualmente llamada Beta Israel («Casa de Israel» en hebreo).

El término falashas (en amárico «exiliados» o «extranjeros»), con el que son generalmente conocidos, es considerado peyorativo.

La tradición de la propia comunidad dice que son descendientes de la tribu de Dan, directamente llegados a Etiopía desde Egipto luego del Éxodo.

Otra conjetura, más extravagante aún, que propone Graham Hancock en su libro Símbolo y Señal dice que, la población judía de Elefantina que emigró desde Jerusalem cuando Nabucodonosor II conquistó el Reino de Judá en 586 AEC, se habría llevado consigo el Arca de la Alianza. La misma habría estado resguardada en el templo de Elefantina y a su éxodo, la habrían llevado a Etiopía.

Asombrosamente, la tradición local dice que efectivamente el Arca de la Alianza se encuentra en Etiopía hasta la actualidad.

Por su parte, el relato bíblico efectivamente vincula al rey Salomón con la reina de Saba.

Reina de Saba

La Torá dice que la reina de Saba visitó Israel y regaló grandes tesoros al rey Salomón (c. siglo X AEC), quien le impresionó por su sabiduría y la llevó a convertirse al monoteísmo y adorar a Yahvéh.

De acuerdo a la Torá, 2 Cr. 9.1-12:

  • Oyendo la reina de Sabá la fama que Salomón había alcanzado por el nombre de Jehová, vino a probarle con preguntas difíciles. Y vino a Jerusalem con un séquito muy grande, con camellos cargados de especias, y oro en gran abundancia, y piedras preciosas; y cuando vino a Salomón, le expuso todo lo que en su corazón tenía. Y Salomón le contestó todas sus preguntas, y nada hubo que el rey no le contestase.
  • Y cuando la reina de Sabá vio toda la sabiduría de Salomón … se quedó asombrada. Y dijo al rey: Verdad es lo que oí en mi tierra de tus cosas y de tu sabiduría; pero yo no lo creía, hasta que he venido, y mis ojos han visto que ni aun se me dijo la mitad; es mayor tu sabiduría y bien, que la fama que yo había oído.
  • Bienaventurados tus hombres, dichosos estos tus siervos, que están continuamente delante de ti, y oyen tu sabiduría. Jehová tu Dios sea bendito, que se agradó de ti para ponerte en el trono de Israel; porque Jehová ha amado siempre a Israel, te ha puesto por rey, para que hagas derecho y justicia.
  • Y el rey Salomón dio a la reina de Sabá todo lo que ella quiso, y todo lo que pidió, además de lo que Salomón le dio. Y ella se volvió, y se fue a su tierra con sus criados.

La tradición religiosa etíope asegura que de la breve relación entre la reina de Saba y el rey Salomón nació un hijo, que posteriormente sería conocido como Menelik I, rey de Etiopía, quien presuntamente se llevó el Arca de la Alianza desde Israel a su país.

Iglesia de Santa María de Sion. Imagen

Dicha tradición asegura que el arca se encuentra actualmente en la Iglesia de Santa María de Sión, en Axum, donde es custodiada por la única persona autorizada para verla o tocarla, un sacerdote descendiente directo de los levitas, la tribu de Israel responsable de su cuidado desde que fue construida para acoger los Diez Mandamientos.

Capilla de las Tablas en la Iglesia de Nuestra Señora de Sion, que alberga, según la tradición, el Arca de la Alianza. Imagen

Según lo citado en la Torá, el Arca de la Alianza habría sido un cofre de madera de acacia negra recubierto de oro en el que se guardaban las tablas con los Diez Mandamientos que Moisés recibió de Dios en el monte Sinaí.

El Palacio de la Reina de Saba

Lo cierto es que el relato de la Reina de Saba ha encontrado sustento arqueológico ya que un equipo de arqueólogos del Instituto de Arqueología de la Universidad de Hamburgo, bajo la dirección del profesor Helmut Ziegert, ha encontrado los restos del Palacio de la legendaria Reina de Saba en la ciudad santa de Axum, en el estado federado etíope de Tigray (norte).

Excavación del supuesto Palacio de la Reina de Saba. Imagen

Datada hace unos 3.000 años, la residencia de la reina Makeda, como se llama a la reina de Saba en Etiopía, ha sido hallada bajo los muros del palacio de un antiguo rey cristiano en la sagrada ciudad de Axum.

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