Homo Nesher Ramla


Excavaciones recientes realizadas en Nesher Ramla, Israel, han revelado fósiles de un grupo homínido hasta ese momento desconocido de 126.000 años (de la Edad de Piedra) que habría sido parte de la evolución del género humano.

Los habitantes de dicho lugar vivieron hace unos 140.000 a 120.000 años y se sumarían como una tercera población Homo en Eurasia junto con los neandertales (europeos) y los denisovanos (asiáticos).

Los análisis develaron que el Homo Nesher Ramla se trata de un homínido arcaico que posee una morfología con rasgos neandertales, en especial la mandíbula y los dientes, y características parecidas al Homo erectus en lo que respecta a la forma del cráneo. Este tipo de Homo es muy diferente a los humanos modernos, ya que presenta una estructura craneal completamente diferente, no tiene barbilla y sus dientes son muy grandes.

El hallazgo fue publicado en la revista Science en Junio de 2021 a través de dos estudios, uno dirigido por Israel Hershkovitz, de la Universidad de Tel Aviv, y el otro dirigido por el arqueólogo Yossi Zaidner de la Universidad Hebrea de Jerusalén.

Partes de una mandíbula (izquierda) y de estructura craneal (derecha), encontradas en el sitio Nesher Ramla de Israel. Créditos: AVI LEVIN E ILAN THEILER / SACKLER FACULTY OF MEDICINE / TEL AVIV UNIV. Imagen

“El Homo Nesher Ramla fue uno de los últimos supervivientes de un antiguo grupo de homínidos que contribuyó a la evolución de las poblaciones de Neandertales europeos y Homo de Asia oriental”, dice Hershkovitz.

El descubrimiento incluye cinco piezas de un cráneo y una mandíbula inferior casi completa que contenía un molar. Estos fósiles en algunos aspectos se parecen a los neandertales y en otros recuerdan ciertos fósiles a menudo clasificados como Homo heidelbergensis, una especie pre-neandertal que se cree que ocupó partes de África, Europa y posiblemente el este de Asia a partir de hace unos 700.000 años.

Este hallazgo vuelve a modificar el ya complejo árbol genealógico humano que en los últimos tiempos tuvo adiciones como la del Homo Naledi de Sudáfrica y la del Homo Luzonensis de Filipinas.

Recreación digital de la cabeza del Homo de Nesher Ramla en base a los restos fósiles encontrados. Imagen

Los científicos sugieren que los fósiles de Nesher Ramla eran integrantes de una población que ya habitó en Oriente Medio (el «corredor levantino») desde hace unos 400.000 años y que podría ser la población a partir de la que evolucionaron los neandertales y probablemente otros grupos humanos que se repartieron por Asia.

Rachel Sarig, antropóloga de la Universidad de Tel Aviv e integrante del grupo de investigadores afirmó que este es un grupo en sí mismo, con rasgos y características distintas. “El descubrimiento del yacimiento de Nesher Ramla escribe un nuevo y fascinante capítulo en la historia de la humanidad”, comenta Sarig.

Ya se habían descubierto restos fósiles de poblaciones humanas más modernas en el llamado Corredor Levantino, la franja entre el Mediterráneo, Israel, Jordania y Siria, que databan de 130.000 a 100.000 años atrás, pero los fósiles de Nesher Ramla se tratan de una población diferente a las que se habían descripto.

Un momento de la excavación en el sitio arqueológico de Nesher Ramla, Israel. Crédito: Yossi Zaidner, del Instituto de Arqueología de la Universidad Hebrea de Jerusalén. Imagen

Con base a estos hallazgos, los investigadores creen que los dos tipos de grupos Homo, Nesher Ramla y Homo sapiens, vivieron uno al lado del otro en el Corredor Levantino durante más de 100.000 años (200.000 años a 100.000 años), compartiendo conocimientos y herramientas.

De las evidencias obtenidas se deduce que las sofisticadas herramientas encontradas en Nesher Ramla no solo no fueron desarrolladas por el Homo sapiens, sino que esta especie las asimiló de homínidos arcaicos.

Ver Publicación: Homínidos

Se conjetura si acaso hubo hibridación entre estos dos grupos Homo, cosa que sí ocurrió entre los otros grupos (Neandertal, Denisovano y Sapiens). Por lo pronto, los intentos de extraer ADN de los fósiles de Nesher Ramla, que revelarían si se produjo o no, han fracasado. De poder extraerse el ADN se podría ofrecer una solución a una pregunta no resuelta de cómo los genes del Homo sapiens llegaron a la población neandertal que vivía en Europa, mucho antes de la llegada del Homo sapiens.

La paleoantropóloga Marta Mirazón Lahr de la Universidad de Cambridge aclaró que lo que llaman Homo Nesher Ramla no se trata de una nueva especie. La mezcla genética y cultural de grupos de Homo euroasiáticos durante el período del Pleistoceno medio, que se extendió desde hace unos 789.000 a 130.000 años, ocurrió con demasiada frecuencia para permitir la evolución de una especie distinta en este caso, dice el equipo.

Los científicos hicieron una reconstrucción virtual de la mandíbula del grupo de Homo de Nesher Ramla. Crédito: Ariel Pokhojaev, Facultad de Medicina Sackler de la Universidad de Tel Aviv. Imagen

Tras comparar los fósiles hallados con los de otros yacimientos de la zona, como la cueva de Tabun (hace 160.000 años), la cueva de Zuttiyeh (250.000) y la cueva de Qesem (400.000), los autores concluyen que el Homo Nesher Ramla no es el único de su tipo sino que forma parte de una población que habitó la zona desde hace 400.000 hasta hace 130.000 años y que es «la población madre» de la que surgieron y emigraron grupos de descendientes que en sucesivas oleadas fueron ocupando Europa y dieron lugar a los neandertales y posiblemente a otros grupos humanos en el este.

«Pensamos que esta población puede ser el nexo entre el este y el oeste. Entre Europa y Asia», concluye María Martinón-Torres, investigadora y directora del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH). «Y es que, aunque el neandertal es la especie emblemática europea, no tiene por qué haberse originado necesariamente en el occidente de Europa, sino que pudo surgir fuera del continente».

Lahr afirma que el grupo Homo Nesher Ramla eran cazadores-recolectores que se alimentaban de ciervos, liebres y otros animales quizá más grandes, y que también comían frutas. En la excavación se hallaron aprox. 6.000 artefactos de piedra y varios miles de huesos de gacelas, caballos, tortugas y otros animales. Algunos de esos huesos contenían marcas de herramientas de piedra hechas durante la extracción de la carne.

Las herramientas de piedra fabricadas por una antigua población de Homo en el Medio Oriente (en la imagen) se parecen a las creadas por la misma época por los Homo sapiens cercanos, lo que sugiere que los dos grupos tenían contactos cercanos. TAL ROGOVSKI. Imagen

Para Bermúdez de Castro, paleontólogo del CENIEH, este hallazgo refuerza la idea de que el origen de las poblaciones europeas y gran parte de las asiáticas no está en África, sino en Asia, probablemente en Oriente Próximo, un verdadero cruce de caminos.

«Creemos que Oriente Próximo fue una zona de muchísima intensidad de ocupación y con muchísimas culturas conviviendo o compitiendo entre sí, con intercambio biológico y cultural. Fue el centro de todo», subraya Martinón-Torres.

Hoy resulta evidente que la evolución de la familia Homo no fue una línea de un solo sentido en el que las especies fueron sustituyéndose unas a otras a lo largo de millones de años, como la fila de individuos que se van irguiendo de los textos escolares, sino que ha sido un fenómeno mucho más complejo y multidireccional.

Lahr concluye «aún queda un gran rompecabezas para armar de la evolución humana y su diversidad«.

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