Mohenjo-Daro


Mohenjo-Daro fue una importante ciudad de la antigua Cultura del Valle del Indo (3300/1300 AEC), pero por sobretodo fue uno de los primeros y más importantes asentamientos urbanos del mundo. Sus ruinas se encuentran en actual territorio de Pakistán, y a pesar de que se desconoce su nombre antiguo, su nombre actual significa literalmente “montículo de la muerte.

Se estima que fue habitada durante el tercer milenio antes de nuestra era, entre el 2600 AEC y el 1800 AEC, contemporáneamente a las civilizaciones del Antiguo Egipto, Mesopotamia y Creta. Luego, durante miles de años, quedó olvidada bajo las arenas del desierto hasta que en 1920 fue descubierta por el arqueólogo británico John Marshall.

El descubrimiento de la ciudad de Mohenjo Daro y de Harappa han revelado la existencia de una cultura totalmente desconocida, ya que hasta ese momento, la arqueología y la historia ignoraban por completo que hubiese existido una civilización hace cerca de 4.500 años atrás, en el valle del Indo.

En la actualidad sigue sin saberse quiénes eran las personas que vivían en el Valle del Indo y tampoco de dónde vinieron pues no se ha podido descifrar su escritura hasta el momento.

Ruinas arqueológicas de Mohenjo-Daro

Se estima que en su momento de mayor ocupación, Mohenjo-Daro contaba con 30.000 o 40.000 habitantes, algunos investigadores han afirmado que llegó hasta los 200.000. La ciudad se encontraba cercada por murallas defensivas de ladrillo cocido, abarcaba 1 kilómetro cuadrado de extensión y comprendía la zona de la ciudadela, en donde se encontraba el centro administrativo, y la de la “ciudad baja”, donde se agrupaban los barrios de artesanos, zonas residenciales, graneros y almacenes.

Ya sus primeras excavaciones revelaron el nivel de desarrollo y vanguardia de esta civilización, desde el punto de vista de perfección urbanista y como una sociedad perfectamente constituida. Fue la ciudad más desarrollada y avanzada del sur de Asia en su época, mostrando una ingeniería (con pozos, avanzados sistemas de desagüe y baños en las casas) y planificación urbana muy sofisticado para su época.

La ausencia total de templos y palacios, por la falta de algún tipo de simbología o disposición arquitectónica que pueda asociarse a este tipo de construcciones, es una de las cuestiones que asombran de este enigmático lugar. Los edificios que se mantienen en pié siguen un patrón uniforme, destacando su construcción en una o dos plantas en ladrillos de adobe con ausencia de adornos y ventanas.

Y todo ello, dentro una planificación urbanística muy por encima a la de cualquier otra antigua civilización e incluso de las más recientes, con amplias avenidas y calles rectas, muchas de ellas perfectamente pavimentadas, con edificaciones rectangulares dotadas todas ellas de una red de drenajes, canales, tuberías y alcantarillado, que incluía arquetas de inspección de éste último.

Para comprender mejor la magnitud de su arquitectura, es suficiente conocer que ninguna ciudad del Antiguo Oriente tuvo instalaciones higiénicas de ninguna clase comparables a las que podemos localizar en éstos poblados del antiguo Valle del Indo.

Marshall y los que continuaron con las excavaciones de aquel lugar durante el pasado siglo XX no dejaron de maravillarse y sorprenderse a medida que profundizaban los niveles o estratos de construcción de la ciudad. Mientras más profundo, más elementos de desarrollo encontraron, tanto artístico como técnico, dando la extraña sensación de que los habitantes del aquel lugar, con el paso del tiempo, habían involucionado técnica y culturalmente.

Mohenjo-Daro, junto con Harappa, son consideradas las dos ciudades más importantes de ésta antigua civilización del Valle del Indo, en épocas anteriores a las invasiones arias en la región. Al igual que la cultura Sumeria, la cultura del Valle del Indo al parecer también surgió de repente, no se conoce lo que podrían ser huellas de una previa evolución antes de Mojenho-Daro y Harappa.

La aparición de esta civilización sigue siendo un auténtico misterio pero también lo es su desaparición, atribuida inicialmente a la presencia de pueblos invasores de origen indoeuropeo.

Artefactos encontrados

Se han hallado en Mohenjo-Daro gran cantidad de objetos de distinto tipo de uso y material, incluyendo figuras sentadas y de pie, herramientas de cobre y piedra, sellos tallados, balanzas y pesas, joyas de oro y jaspe y juguetes para niños. Se han recuperado del lugar muchas piezas de bronce y cobre, como figurillas y cuencos, lo que demuestra que los habitantes de Mohenjo-Daro sabían cómo utilizar la técnica del moldeo.

Se encontraron sellos de piedra con una intrincada talla, muy similares a los sellos sumerios de mediados del tercer milenio AEC.

Sellos de Mohenjo Daro

Así como los escritos Sumerios han generado un gran debate por su contenido, los de Mohenjo-Daro no se quedan atrás. Entre los muchos hallazgos realizados en Mohenjo-Daro uno de los más sorprendentes fue la evidencia de un sistema de escritura, denominado proto-índico, el cual todavía no ha podido ser descifrado. 

Aparentemente es de tipo ideográfica y silábica pero no se corresponde con ninguna otra escritura en el mundo con excepción de la escritura rongo-rongo, que ha quedado grabada en las tabillas de la Isla de Pascua, distanciada tanto por miles de kilómetros geográficamente como por miles de años históricamente.

Rongo-Rongo y el Proto-Indo

También se ha hallado una estatuilla denominada “Rey-Sacerdote” que tiene la representación de una suerte de “vincha” con un espacio circular en el centro de la frente, en el cual cabría un pequeño disco de oro (encontrado cerca de la estatuilla) y que sugiere un posible precursor del ‘Tercer Ojo“.

Mohenjo-Daro Rey/Sacerdote

La famosa “Chica Bailarina” encontrada en Mohenjo-Daro es un artefacto de unos 4.500 años de antigüedad. La estatuilla de bronce tiene 10,8 cm de altura y fue encontrada en 1926 en una casa de Mohenjo-Daro.

«Chica Bailarina»

En 1931 John Marshall descubrió un ídolo que parece imitar ciertas características que coinciden con la creencia de la Diosa Madre común en muchas civilizaciones tempranas del Cercano Oriente.

Diosa Madre

El sello Pashupati tiene la imagen de una figura sentada, posiblemente itifálica, con las piernas cruzadas y rodeada de animales. La figura ha sido interpretada por algunos eruditos como un yogui y por otros como un «proto- Shiva» de tres cabezas como «Señor de los animales».

Pashupati

Sobre las ciudades descubiertas

Mohenjo-Daro es sólo otro ejemplo de las civilizaciones antiguas descubiertas a lo largo de los dos últimos siglos, que demuestran que en la historia no ha habido siempre evolución hacia una única dirección, sino altibajos tecnológicos y culturales. En la obra del matemático e investigador José Álvarez López, “Atlántida reconstruida“, nos dice lo siguiente:

Es ilusorio pensar que nuestra ciencia histórica conozca algo del pasado humano. La arqueología de los últimos 100 años se ha encargado de ilustrar cuán grande era la miopía de la historia. Aparecieron multitud de reinos, imperios, civilizaciones de las cuales no había ninguna noticia. Supuso una auténtica sorpresa descubrir la existencia de importantes civilizaciones del Indo como Mohengo-Daro y Harappa, que aparecieron de repente bajo la pala del arqueólogo, para mostrar que hace 5.000 años había ciudades modernas, delineadas por urbanistas, con servicios sanitarios al nivel de las urbes de hoy

Se encontraron casas que poseían varios baños con agua corriente en los pisos altos. Los desagües cloacales, por otra parte, eran obras de una moderna ingeniería hidráulica, ya que poseían cámaras asépticas y otros requerimientos técnicos avanzados. la realidad de estos hallazgos ha recibido otra reciente confirmación en las excavaciones de Tera (Santorin), donde las habitaciones de los pisos altos no solamente tenían agua corriente sino, inclusive, disponían de agua caliente y fría. Es importante repetir la observación de Piggot de que las modernas ciudades de la India carecen del confort que tuvieron hace 5.000 años”.

La extinción de Mohenjo-Daro

Se da una gran contradicción a la hora de evaluar los motivos y causas que pudieron propiciar la repentina desaparición de los mapas de Mohenjo-Daro, pues si bien por un lado se ha especulado con la posible matanza de sus pobladores a manos de hordas invasoras tras una cruenta lucha, solo se han encontrado poco más de treinta esqueletos diseminados por las calles.

¿Dónde están el resto de los habitantes? ¿De dónde viene entonces el nombre de “el montículo de los muertos”? ¿Habían desaparecido o sido evacuados antes de la batalla?

A pesar de ser muy pocos los esqueletos encontrados, todo parece indicar que la muerte llego muy rápido, ya que por ejemplo se ha encontrado tres miembros de una familia boca abajo y tomados de la mano, como en plena huida.

Por sobre todas las cosas, al igual que en Harappa, todos estos restos humanos encontrados en las calles de Mohenjo-Daro presentan una circunstancia excepcionalmente extraña: un alto nivel de radioactividad.

Existe un “epicentro” de unos 45 metros de diámetro en el centro de la ciudad, donde el terreno se encuentra cristalizado, encontrándose los bloques de piedra más próximos, derretidos o fundidos.

En las edificaciones próximas se puede observar como los ladrillos de las paredes expuestos al exterior y en dirección al supuesto “epicentro” se encuentran del mismo modo, también fundidos o derretidos, una circunstancia que solo se podría haber logrado exponiéndolos a temperaturas superiores a los 1500ºC.

Con los mismos síntomas de destrucción se han encontrado toda clase de objetos de alfarería, cerámica, joyería, etc, y las señales de explosiones e incendios se encuentran por doquier.

¿Qué clase de armas pueden provocar tales efectos tanto en las personas como en los edificios circundantes? 

La hipótesis de una explosión nuclear

Algunos estudiosos de una corriente alternativa a la académica tradicional, han sugerido que estos fenómenos son claros efectos de una explosión nuclear. No obstante lo impactante de la evidencia y del calibre de semejante hipótesis no existe por el momento ningún estudio medianamente serio que lo corrobore o rechace. La postura de la ciencia es que la presencia de radioactividad en la zona se debe sólo a las propias características geológicas del terreno de Mohenjo-Daro.

De igual manera, la presencia de objetos o superficies vitrificadas y materiales derretidos o fundidos, se ha asociado a fuerzas de la naturaleza ya observados en otras latitudes como Escocia, Australia o Egipto, producto todos ellos de rayos y arcos eléctricos de gran intensidad.

Como es posible que estos esqueletos que estuvieron enterrados 5000 años puedan contener radioactividad?

Fuentes:

3 comentarios sobre “Mohenjo-Daro

  1. Increible…la similitud entre el Rongo-rongo y el protoíndico es asombrosa y evidente. Y al igual que Egipto, otra civilización que involuciona, pudiendo ser una muestra más de que muchas civilizaciones a lo largo de la historia se han asentado sobre civilizaciones previas mucho más desarrolladas. Las piedras derretidas, la existencia del epicentro de una explosión, y la prácticamente ausencia de restos de los habitantes que vivieron en esta ciudad, no hacen sino mostrarnos lo mucho que nos falta por aprender sobre la historia del ser humano. Gracias!

    1. Todo es discutible, pero la similitud de ambos lenguajes es a prueba de todo argumento. No existe forma de que estas culturas no hayan estado emparentadas, bien de forma directa o en su defecto, a través de una tercera, acaso originaria de ambas. Abrazo!

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