Gobekli Tepe («colina panzuda» o «colina ombligo») es un yacimiento arqueológico situado en el punto más alto de una cresta montañosa, a unos 15 kilómetros al noreste de la ciudad de Şanlıurfa (Urfa), en el sureste de Turquía. 

Göbekli Tepe es uno de los yacimientos arqueológicos más importantes del mundo. El sitio comprende una serie de grandes estructuras circulares sostenidas por enormes pilares de piedra, los megalitos más antiguos del mundo de los que se tenga datación cierta.

Utilizando la datación por carbono se determinó que Gobekli Tepe tiene aprox. 11.500 años de antigüedad, con elementos que van entre el 9600 AEC y el 8200 AEC. Es decir, se lo ubica en plena etapa Neolítica, período en que el hombre era un cazador-recolector nómade.

Con una extensión de 90.000 m2 ya se excavaron cinco centros circulares formados por columnas megalíticas finamente talladas. Las prospecciones geomagnéticas indican que debe de haber otros quince recintos aún sepultados con unas 200 columnas más.

Las excavaciones se iniciaron en 1995 a cargo de Klaus Schmidt, quien continuó con las excavaciones hasta su muerte en 2014. Las mimas sacaron a la luz unas impresionantes construcciones megalíticas: al menos veinte círculos formados por pilares de piedra caliza en forma de T – los más grandes llegan a pesar unas 50 toneladas – decorados con relieves de animales, algunos de ellos muy complejos y sofisticados.

Construido en una época en la que el hombre no había desarrollado aún la agricultura, estos cromlech (monumento megalítico formado por piedras alineadas de forma circular) de Gobekli Tepe representan un verdadero revés para la arqueología tradicional sobre los orígenes de la civilización y las fases del sedentarismo.

Estas estructuras no solo se anticiparían a la invención de la cerámica, la metalurgia, la escritura o la rueda, sino que fueron levantadas antes de la denominada revolución neolítica, el comienzo de la domesticación agrícolo-ganadera sobre el 9000 AEC.

Pero la construcción de Göbekli Tepe implica una organización a un nivel de complejidad no asociado, hasta ahora, con las sociedades pre-neolíticas. Los arqueólogos estiman que fueron necesarias más de 500 personas para extraer estas columnas de entre 10 y 50 toneladas de las canteras locales, y moverlas entre 100 y 500 metros hasta el yacimiento.

En la fase más antigua se observan los pilares más grandes, con elaborados y complejos relieves. Los monolitos del centro de las estructuras tienen una altura promecio de 5,5 metros y unas 40 toneladas de peso en promedio, y cuentan con tallados de alto y bajo relieve. En la fase más reciente se ve una reducción en el tamaño de los pilares, con relieves de menor calidad y un anclaje al suelo menos profundo.

Estos relieves figurativos, cuidadosamente esculpidos, representan leones, toros, jabalíes, zorros, gacelas, asnos, serpientes y otros reptiles, insectos, arácnidos y pájaros, especialmente buitres y aves acuáticas. También hay unas pocas figuras antropomorfas. 

En las excavaciones realizadas no se halló ni el más mínimo indicio de asentamientos, no hay casas, ni fogones, ni pozos de basura, ni cocinas, nada. Tampoco se encontraron indicios de tumbas.

Sin embargo, los arqueólogos encontraron más de 100 000 fragmentos de huesos de animales, muchos de los cuales presentaban marcas de corte y bordes astillados que indican que los animales eran sacrificados y cocinados en algún lugar de la zona. Los huesos procedían de animales de caza silvestres como la gacela (que representaba más del 60% de los huesos), el jabalí, la oveja y el ciervo, y de diferentes especies de aves como buitres, grullas, patos y gansos. Todos los huesos eran de especies salvajes, lo que demuestra que los habitantes de Göbekli Tepe eran cazadores-recolectores y no agricultores primitivos que mantenían animales domesticados.

Las excavaciones indican que en torno a 7500 AEC la actividad en Göbekli Tepe cesó por completo, y la razón por la que esta arquitectura monumental y sus frisos se conservaron intactos durante 11000 años es que el lugar fue deliberada y completamente enterrado bajo 300-500 metros cúbicos de tierra.

En una hazaña de mano de obra casi tan notable como su construcción, todos estos centros de pilares pétreos fueron cubiertos de tierra, lo que dio origen precisamente a las montículos que se están desenterrando en la actualidad.

Porqué quienes construyeron semejante monumento, que para su época debe haber sido una verdadera proeza sobrehumana, decidieron abandonarlo y antes de hacerlo se tomaron el inmenso esfuerzo de dejarlo completamente enterrado? El caso es que no es el único, otros ejemplos de monumentos megalíticos y ciudades de la antigüedad enterrados son Stonehenge, Teotihuacan, La Venta, Caral, Tiahuanaco, Nan Madol, entre otros.

Por cierto, para ser una población de cazadores recolectores nómadas sin escritura, tienen un fino gusto por el arte del tallado de la piedra y una gran imaginación para los símbolos. Uno de los pilares tiene un preciso y delicado relieve antropomórfico con las manos en la cintura y un distinguido cinturón con símbolos, uno de ellos representa lo que es hoy para nosotros una «H».

Especulaciones sobre su propósito

Klaus Schmidt, director a cargo de las excavaciones expuso la teoría de que Göbekli Tepe fue un centro religioso en el Neolítico, lo que lo convertiría en el templo más antiguo de la historia. Según Schmidt, el complejo habría sido construido por “grupos de cazadores-recolectores que peregrinaban por la zona para celebrar rituales asociados a los animales”. 

Su opinión era que este templo era la prueba de que la religión surgió antes de las primeras sociedades organizadas en torno al poder militar y religioso.

El hecho de que los muros circulares tengan una especie de banquetas para sentarse mirando a los pilares centrales colabora en la idea de que allí se celebraban ceremonias comunitarias.

Hoy sabemos, por el descubrimiento posterior de Karahantepe y otros más, que no se trataba de tribus nómades sino que las mismas se asentaron en la zona en el mismo período en que levantaron Gobekli Tepe.

En la actualidad la teoría más aceptada es que Gobekli Tepe funcionaba más como un centro de reunión de estas tribus que habitaban en los alrededores, aunque no se descarta además un uso ritual.

Ver publicación: Karahantepe

En términos generales, la proyección de nociones y conceptos actuales sobre culturas tan distintas y distantes en el pasado es un buen método para llegar a ningún lado. No se puede inferir que tipo de ceremonias o ritos realizaban cuando no hay un puente cultural que nos acerque a su lógica y sistema de creencias.

Cazadores-Recolectores

Respecto del título de «cazadores” se les da porque se corresponde con el período y porque sí se encontraron restos de animales salvajes en Karahantepe. Pero queda claro que no se trataba de un grupo de cazadores estándar como los que habitaron el planeta durante cientos de miles de años antes.

Los cazadores-recolectores que vinieron antes que ellos no tenían la habilidad técnica, la capacidad organizativa ni la inquietud de hacer este tipo de arquitectura megalítica.

Quienes eran estas personas que hace más de 11 mil años decidieron crear una ciudad de piedra para albergar salones de ceremonia? Cómo cortaron, movieron e instalaron los bloques de piedra de varias decenas de toneladas de peso? De donde obtuvieron la habilidad para realizar los tallados con semejante destreza artística? Cómo se organizaron, distribuyeron las tareas y controlaron toda la obra? Como lo lograron sin contar con el metal, la rueda, ni ninguna fuerza de carga animal dado que todavía no los habían domesticado? Acaso podríamos hacerlo nosotros ahora con todos nuestros conocimientos pero con sus mismos recursos?

Por otro lado, ninguno de los tallados de animales representa escenas de caza, no hay ningún tipo de violencia en las esculturas, ni armas de caza.

Las figuras talladas en los pilares de piedra han sido interpretadas por algunos expertos, no como representaciones de animales literalmente, sino de su figuración como constelaciones de estrellas, presentes en el cielo nocturno en aquel pasado remoto de hace 11 mil años.

Desde ya que esta interpretación atribuye a los constructores de este monumento cierto nivel de conocimientos astronómicos lo que abre la puerta a otro interrogante mayor que es cómo desarrollaron o adquirieron ese conocimiento.

Gobekli Tepe como origen de la mitología mesopotámica

Un relieve muestra lo que podría interpretarse como una representación de una vaca con un círculo entre sus cuernos, símbolo que tiene una fuerte y precisa identificación con una de las figuras religiosas más importantes del panteón mesopotámico, más de 5 mil años después de su cuño en esa roca: Hathor, la diosa vaca madre.

Hathor fue una divinidad cósmica -siempre relacionada con el planeta Venus-, diosa nutricia, diosa del amor, de la alegría, la danza y las artes musicales en la mitología egipcia, la cual tuvo su equivalente en muchas otras culturas como la romana (Venus); griega (Afrodita); fenicia (Astarté); semita (Ishtar); y sumeria (Inanna), hasta ahora, su civilización conceptualizadora.

Los textos de las tablillas sumerias dan voz a la diosa Inanna:

De aquí y de allá corren asustados los Anunnaki Yo, ¡Yo soy la Vaca reverenciada!

Hathor era comúnmente representada como una diosa vaca con cuernos que sujetan un disco solar con uraeus.

Este hecho por sí sólo, obliga a replantear todo el conocimiento relativo a la mitología mesopotámica de la antigüedad para resignificarlo en su propio y justo contexto, regional y temporal.

Göbekli Tepe es el tiempo cero de la humanidad, el sitio más antiguo donde nuestros antepasados neolíticos desarrollaron la arquitectura monumental con fines rituales y donde se congregaron para celebrar lo que hoy podría considerarse el primer sistema simbólico-espiritual del mundo.

Similitudes con las Taulas de Menorca

Los pilares en T y la construcción en círculos nos remite directamente a las Taulas de Menorca. Las taulas consisten en dos grandes bloques de roca caliza que componen una “T”. Hay más de veinte diseminadas por la isla y las mayores pueden pesar más de veinticinco toneladas.

La finalidad de las taulas no ha podido determinarse y según estudios sus orígenes datan de finales del II milenio AEC.

Ver publicación: Taulas de Menorca

Nevali Çori y sus descubrimientos

Muy cerca de Gobekli Tepe, se ha hecho un descubrimiento de otro yacimiento arqueológico, en Nevali Çori. Se trata de un asentamiento neolítico apenas 500 años más tardío que Göbekli Tepe.

Este yacimiento ya no es más accesible dado que ha quedado sumergido bajo el agua por la apertura de la represa Atatürk en 1992. Al igual que Gobekli Tepe, el complejo fue deliberadamente cubierto con tierra y luego abandonado.

Se han encontrado varios cientos de figurillas de barro pequeña, la mayoría de ellas representando a seres humanos. Se pudo determinar que la arcilla se coció a temperaturas entre 500-600°C, lo que sugiere el desarrollo de la tecnología de la cerámica antes de la aparición de la cerámica propiamente dicha.

En Nevali Cori, la piedra caliza local fue tallada en numerosas estatuas y estelas, incluyendo una cabeza humana con una serpiente a modo de penacho, (sikha – un mechón largo de pelo en la cabeza afeitada).

La representación de la serpiente en la cabeza tiene un gran significado en muchas culturas ancestrales del mundo. En el marco del hinduismo, la kundalini es una energía invisible e inmedible representada por una serpiente, que duerme enroscada en el muladhara (el primero de los chakras —los siete círculos energéticos—, que está ubicado en la zona del perineo). Varias doctrinas utilizan este concepto de la kundalini: el yoga, el tantra, el budismo, el taoísmo, el sijismo y el gnosticismo.

En la civilización egipcia, el Ureus, la cobra sagrada que los faraones llevaban en sus coronas, simbolizaba la iniciación en los ritos sagrados donde se alcanzaba el conocimiento de la sabiduría oculta.

El edificio de culto central de Nevali Cori (equiparado al Kalasasaya de Tiahuanaco, Bolivia) ha sido datado con carbono en 8000 AEC, y consistía en un templo construido con 13 piedra paradas en las paredes, y con un impactante monolito en el centro.

Esta estatua de 2 metros de altura fue descubierta en Balıklıgöl, Turquía en 1993, y se encuentra en la actualidad expuesta en el Museo de Urfa, Turquía. El monolito tiene sus manos tomándose los genitales, en una postura muy similar a los moais de Isla de Pascua y a las demás esculturas de veneración del falo.

Lo mismo que su par, el pilar antropomorfo de Gobekli Tepe.

Su aspecto con la cabeza afeitada y con lo que parece un traje de una sola pieza (con cuello en «V») tiene poco del estereotipo de un hombre del neolítico. Posee más bien una semblante futurista, muy parecido a una de las pinturas rupestres de Tassili n’Ajjer.

La excavación del sitio Nevali Cori también fue realizada por Klaus Schmidt quien especuló que ve una creencia totalmente articulada a dioses, desarrollada posteriormente en Mesopotamia, con templos y palacios asociados. Esto se corresponde con la antigua creencia sumeria que la agricultura, la ganadería y el tejido se habían enseñado a la humanidad en la montaña sagrada de Duku (Dulkug), que fue habitada por las deidades Annunakis. Schmidt identifica esta historia como un mito primitivo que conserva una memoria parcial del Neolítico.

Gobekli Tepe como el Jardín del Edén

Se han encontrado una serie de analogías entre el Edén bíblico y este monte de la época neolítica.

En el Génesis 2:15 se dice literalmente que Adán recibió el encargo de «cultivar y conservar» el Edén. Es precisamente en las laderas del volcán apagado de Karacadag, escasos 100 km de Gobekli Tepe, en Turquía, donde se ha estipulado que tuvo origen la agricultura.

Los biólogos del Instituto Max Planck han identificado ese lugar como el primer granero de la humanidad comparando la genética de 68 tipos de escanda moderna y retrotrayéndola a una planta originaria común.

La biblia también señala que en el Edén salía un río que se repartía en cuatro brazos, siendo dos de ellos el Éufrates y el Tigris. Gobekli Tepe se encuentra entre estos dos ríos.

Pero lo más sorprendente de todo es una plaquita de esteatita que se ha hallado entre los guijarros de Gobekli Tepe. Mide unos cuatro centímetros de alto lleva grabados los símbolos de un árbol y una serpiente. El tercer grabado en forma de tridente no se ha identificado aún.

A continuación, un resumen de una entrevista a Andrew Collins, autor de varios libros sobre investigación bíblica, acerca de Göbekli Tepe:

La antigüedad del emplazamiento es sorprendente, considerando la complejidad de la avanzada cultura que presenta el lugar. ¿Cómo explicaría esta cultura tan avanzada hace 11.000 años?

No existe ninguna explicación obvia para tan elevada cultura en la Alta Mesopotamia a finales de la última Edad de Hielo, cuando el resto del mundo estaba todavía poblado por comunidades de cazadores-recolectores, preocupadas por la supervivencia del día a día. Estos individuos anónimos, conocidos por los arqueólogos como las gentes del Neolítico Pre-Alfarero, crearon algunas de las obras de arte más fascinantes del mundo antiguo. Supongo que una elite gobernante de base chamánica o sacerdotal se introdujo en la región y se encontraron con una sociedad de cazadores-recolectores madura para el cambio, con lo que ellos simplemente maquinaron su transición en comunidades agrícolas estables.

Emplazamientos elevados como los de Göbekli Tepe y Nevali Çori se convirtieron en sus centros nerviosos civiles y ceremoniales, formando parte de la denominada revolución del Neolítico, que empezó aquí antes de extenderse a través del continente Eurasiático. Creo que el mercadeo entre la supuesta élite gobernante chamánica y las gentes de la Alta Mesopotamia es la historia descrita en el Libro de Enoch, en el se dice que seres denominados Observadores (Watchers) se mezclaron con el género humano entregándoles las artes y ciencias prohibidas del cielo. Se dice que éstas incluían el uso de hierbas y plantas, la metalurgia, la fabricación de armas, el embellecimiento femenino y la astronomía, la mayoría de los primeros atribuidos al mundo neolítico primitivo de la Alta Mesopotamia.

En los mitos y leyendas de Sumeria existen historias similares, que hablan de dioses llamados Anunnaki, viniendo entre la especie mortal y proporcionándoles los rudimentos de la civilización. Creo que existe una fuerte evidencia que sugiere que los Observadores, y su prole, los Nefilim, eran realmente la elite chamánica que fundó los centros de culto del Neolítico temprano de la Alta Mesopotamia. La serpiente es un símbolo universal de nacimiento, nueva vida, transformación, creación cósmica y conocimiento divino y sabiduría. Es extraño que la serpiente aparezca como un símbolo importante en la historia de Adán y Eva del libro del Génesis.

En la Torá simboliza el conocimiento de la conciencia de que Adán y Eva están desnudos, y de que debían vestirse. Siento que es una metáfora para la manera en que la recién llegada élite gobernante de la Alta Mesopotamia, los supuestos Observadores del Libro de Enoch, dieron a la especie mortal el conocimiento prohibido, que cambió para siempre la manera que ellos pensaban acerca de la vida. Sin embargo, fue un caso de demasiado conocimiento, demasiado pronto, y por tanto Adán y Eva fueron arrojados del Edén.

“El descubrimiento de Gobekli Tepe lo cambia todo” dice Ian Hodder, de la Universidad de Stanford. “Es el sitio más extraordinario e importante del mundo, el descubrimiento más grande de los últimos 50 años”.

Fuentes:

• antrophistoria.com
• es.wikipedia.org
• en.wikipedia.org
• historia.nationalgeographic.com.es
• worldhistory.org
• infobae.com