Karahantepe


Hace unos 11.500 años, una tribu de cazadores-recolectores nómade que se movilizaba por la zona sur-oriental de la actual Turquía, más precisamente en la provincia de Sanliurfa, decidió hacer un cambio de estilo de vida, simple pero trascendental, asentándose en un paraje.

Allí se establecieron de forma permanente –todo el año-, y ellos y su descendientes habitaron en el mismo lugar durante unos 1500 años. Construyeron sus viviendas, sala de reuniones y piscinas de baños rituales, constituyendo así uno de los primeros poblados de la humanidad hallados hasta el momento.

Mapa de la actual Turquía con los principales yacimientos de Sanliurfa. Imagen

Recientemente (2021), los pinceles de los arqueólogos han desempolvado los restos de dicho asentamiento en el yacimiento arqueológico de Karahantepe (colina de Karahan). Los elementos allí encontrados denotan un nivel conceptual y tecnológico del hombre del neolítico mucho más avanzado de lo que se creía.

En Karahantepe se han descubierto impresionantes representaciones artísticas, como figuras y cabezas humanas talladas en piedra, así como estructuras arquitectónicas megalíticas realmente asombrosas tratándose de uno de los primeros intentos de establecerse en un lugar fijo por parte de una población nómade.

Vista aérea de las excavaciones de Karahan Tepe, en la provincia de Sanliurfa y dentro del Parque Nacional de las Montañas Tek Tek, al este de la llanura de Harran. Foto: Esber Ayaydin/Anadolu Agency (via Getty Images). Imagen

Karahantepe se encuentra a solo 32 kilómetros al este de Göbekli Tepe, que es considerado como el primer templo de la humanidad. Göbekli Tepe, contemporáneo de Karahantepe, sorprende asimismo por sus espacios circulares articulados por columnas megalíticas talladas con figuras antropomorfas y zoomorfas.

Ver publicación: Göbekli Tepe
Gobekli Tepe

Ambos yacimientos se hallan en la legendaria llanura de Harrán, la Harán bíblica donde se estableció Abraham y su familia en su recorrido desde Ur hasta Canaán. En ese camino llamado el creciente fértil, que era la única vía de llegar de Ur a Canaán sin pasar por el insuperable desierto, fue donde surgió nuestra civilización, y Karahantepe se presenta como uno de los primeros asentamientos de la misma.

Ver publicación: Abraham
Colina del yacimiento Karahantepe. Foto: Esber Ayaydin/Anadolu Agency (via Getty Images). Imagen

En Karahantepe se han encontrado tanto viviendas como salas ceremoniales, habiéndose construido ambas durante la misma época. Los recintos destacan por estar claramente planificados y construidos con una tecnología que les permitió desplazar grandes bloques de piedra y alinearlos con gran precisión.

Al contar con residencias fechadas en torno al 9400 AEC, es casi simultáneo con el primer asentamiento permanente de Jericó, circa 9600 AEC, con la diferencia de que las viviendas de este último fueron construidas con arcilla y paja.

Ver publicación: Jericó

Este paso de ser una tribu nómade a establecerse de forma permanente con semejante despliegue de habilidades constructivas es un salto cualitativo descomunal para la Historia de la Humanidad.

Esculturas y estructuras

Aunque este lugar ya se conocía desde 1997, no ha sido hasta el 2019 que comenzaron las excavaciones tras la desescalada del conflicto sirio. Y fue recién en 2021 que el equipo de Karul Necmi, profesor asociado de prehistoria en la Universidad de Estambul y quien dirige la excavación en Karahan Tepe, ha logrado desenterrar los restos del complejo, hallando centenares de pilares y esculturas.

Los trabajos, que continúan hasta el presente, han desenterrado más de 300 estelas y pilares junto con esculturas talladas en piedra caliza. Los pilares megalíticos muestran representaciones de animales, además de varias figuras antropomorfas de características similares a las de Göbekli Tepe.

Una escultura de rostro humano de Karahantepe. Imagen

La disposición de estos objetos al ser hallados fue muy particular ya que se encontraban cuidadosamente enterrados, las estatuas humanas fueron decapitadas, se les cortó la nariz y sus cabezas fueron puestas del revés, mirando hacia las paredes. Resulta evidente que los habitantes originarios de Karahantepe realizaron una ceremonia ritual al momento de abandonar el lugar, tras 1500 años de habitarlo.

Este mismo ritual de enterramiento de monumentos megalíticos y pueblos lo podemos encontrar también en Göbekli Tepe, StonehengeTeotihuacanLa VentaCaralTiahuanacoNan Madol, entre tantos otros casos.

Otra escultura de rosto humano con nariz truncada. Foto: Esber Ayaydin/Anadolu Agency (via Getty Images). Imagen

Las primeras producciones artísticas del poblado de Karahantepe se centraron en los animales, algo típico para una cultura seminómada basada en la caza de gacelas y la recolección de frutos y cereales silvestres. Luego las esculturas de Karahantepe representan a hombres con animales y a hombres solos.

La pieza más espectacular encontrada en el yacimiento, milagrosamente intacta, es un gran tótem que representa a un hombre cargando a cuestas a un leopardo. Fue hallada en actitud de guardián mirando hacia la entrada del complejo. El leopardo es un animal muy representado en Karahantepe, por lo que podría considerarse como su símbolo o espíritu protector.

Tótem de hombre cargando a leopardo. Foto: Francesc Cervera. Imagen

En el centro del área excavada se ubica una gran sala circular de 23 metros de diámetro. Al igual que en Göbekli Tepe, el peso del techo de madera era sostenido por grandes pilares con forma de T, hoy caídos y rotos por la presión del sedimento. En el perímetro de la sala, contra las paredes, se dispusieron unos pilares algo más pequeños separados por bancos tallados en la roca o construidos con losas.

Al fondo de este gran recinto hay un podio decorado con estelas y tótems en el que se ubica un trono desde el que se presume que el líder del poblado presidía las reuniones de su comunidad.

La gran sala circular. Foto: Esber Ayaydin/Anadolu Agency (via Getty Images). Imagen

Junto a esta gran sala circular los antiguos pobladores del asentamiento tallaron dos piscinas en la roca, y diseñaron su suministro de agua mediante canalizaciones que recogían el agua de la lluvia

Una de ellas está presidida por un rostro masculino y presenta 11 estelas que emergen del piso, todo tallado sobre el lecho rocoso. Esta piscina conectaba con el salón central a través de un pequeño pasadizo por el que, según el profesor Necmi, los súbditos descendían para darse un baño purificador tras el que ascendían por una escalera tallada. Es decir que le atribuye un propósito ceremonial.

Imagen de las piscinas. Foto: Esber Ayaydin/Anadolu Agency (via Getty Images). Imagen

«Todos los pilares están erigidos y tienen forma de falo», agregó Necmi Karul, pero lo cierto es que se trata de una apreciación hecha a la luz de nuestra cultura actual.

La verdad es que desconocemos que tipo de rito celebraban. Quizás podría haberse tratado de un rito de pasaje a la adultez, debiendo el candidato caminar sobre los pilares sin caer al agua.

Pilares tallados en el lecho de roca de la piscina. Foto: Esber Ayaydin/Anadolu Agency (via Getty Images). Imagen

Cabe recordar que en ese momento de la evolución, el hombre obviamente no contaba con ningún tipo de metal como para realizar el tallado con cinceles y martillos, por lo que tuvo que haberlo hecho golpeando piedra contra piedra. Tampoco contaba con palas ni carretillas, por lo que deben haber extraído los residuos a mano.

Asimismo, tampoco disponían de la rueda y difícilmente contaran con sogas largas y resistentes como para mover los masivos bloques de piedra, por lo que deben haber utilizado troncos y una cantidad descomunal de fuerza humana ya que tampoco habían domesticado a ningún animal aún.

Pilar tallado con figura antropomorfa de Karahantepe. ARCHIVO DE DE EXCAVACIONES DE KARAHAN TEPE / BEKİR KÖŞKER. Imagen

Teoría de conglomerado de asentamientos

Los artefactos (figuras talladas de humanos y animales, grandes pilares en forma de T, etc.) y asentamientos que los arqueólogos han sacado a la luz en los últimos años en las áridas tierras del sudeste de Turquía encontraron una cantidad de similitudes.

El descubrimiento de Göbekli Tepe —datado en torno a 9.600 AEC y considerado “el templo más antiguo del mundo”— y su excavación bajo la dirección del arqueólogo alemán Klaus Schmidt entre 1994 y 2014 hasta el momento de su fallecimiento, han supuesto un antes y un después en las investigaciones sobre las primeras etapas del Neolítico en Turquía y a los inicios del sedentarismo en Anatolia y la alta Mesopotamia

Este pilar es una de las piezas más modernas encontradas en el yacimiento. Su posición con los brazos flexionados y las manos rodeando un esquemático falo son características de las estelas antropomorfas de la zona, sin embargo el hecho de que esté sentado lo eleva en la jerarquía al encarnar la comodidad y la seguridad proporcionadas por esta divinidad.
Foto: Francesc Cervera. Imagen

Schmidt mantenía que Göbekli Tepe era una catedral primitiva en medio de las rutas de comunidades nómades que vivieron hace casi 12.000 años a la que se congregaban para realizar rituales. Su opinión era que este templo era la prueba de que la religión surgió antes de las primeras sociedades organizadas en torno al poder militar y religioso.

La teoría que manejan ahora los investigadores es que podría haber sido en realidad el centro de una constelación de asentamientos sedentarios con una estructura social más especializada y estratificada de lo que se pensaba. Un centro de convenciones común de todos los asentamientos de la zona.

Detalle de piscina con escultura de cabeza masculina. Eşber Ayaydın – Anadolu Agency. Imagen

De hecho, hay un proyecto llamado las Colinas de Piedra (Tas Tepeler en turco) para excavar una docena de sitios ya identificados en las cercanías de Göbekli Tepe, de los que ya han iniciado en siete.

“Se trata de lugares datados entre el 9.600 y el 8.200 AEC. Son de diferentes tamaños, lo que sugiere una jerarquía entre asentamientos. La mayoría están situados en colinas y lo suficientemente cerca como para poder verse y en todos hemos descubierto artefactos únicos pero similares entre sí. Es decir, era gente que habitaba un mismo mundo”, explica Necmi Karul. 

Croquis de los asentamientos en torno a Göbekli Tepe. ARCHIVO DE DE EXCAVACIONES DE KARAHAN TEPE. Imagen

“Aunque las monumentales ruinas que conocemos de Göbekli Tepe y Karahan Tepe son impresionantes, sólo suponen una parte de todo lo que hay por descubrir”.

Es de destacar el gran parecido de estos espacios circulares con las columnas de piedra en forma de «T», con las Taulas de Menorca.

Taula en Menorca
Ver publicación: Taulas de Menorca

Sedentarismo primero, agricultura después

En ninguna de estas excavaciones se han hallado pruebas de domesticación de plantas o animales, sino que se han encontrado miles de huesos de animales salvajes, lo que probaría que se trataba todavía de sociedades cazadoras-recolectoras aún luego de establecidos. 

Era una época en que las temperaturas comenzaban a aumentar tras las glaciaciones, lo que llevó a una mayor disponibilidad de caza y plantas comestibles. Este ecosistema más fértil debió de llevar a un mayor número de población a dicha región, abriendo la vía a la ocupación de asentamientos de forma sedentaria.

El sitio de excavación de Karahantepe. Foto: Esber Ayaydin/Anadolu Agency (via Getty Images). Imagen

Los científicos creyeron durante mucho tiempo que la domesticación de plantas y animales, hace unos 10.500 años, fue lo que obligó a los humanos a adoptar un estilo de vida sedentario y que el auge en la producción de alimentos les permitió desarrollar sociedades complejas y sentar las bases de la civilización.

Pero la creciente evidencia de que la gente de la Edad de Piedra construyó estructuras permanentes de forma previa al cultivo está alterando el pensamiento convencional de que carecían de una sociedad a gran escala con división del trabajo y motivos rituales compartidos.

Foto aérea del complejo con la gran sala circular en el centro. Foto: Esber Ayaydin/Anadolu Agency (via Getty Images). Imagen

«Ahora tenemos una visión diferente de la historia», dice Necmi Karul. “Nuestros hallazgos cambian la percepción, que todavía se ve en los libros de texto de todo el mundo, de que la vida sedentaria fue el resultado de la agricultura y la cría de animales. Esto demuestra que comienza cuando los humanos todavía eran cazadores-recolectores y que la agricultura no es una causa, sino el efecto, de la vida sedentaria”.

“La sedentarización llegó de la abundancia y no de la escasez”, subraya Karul: “Dadas las nuevas condiciones climáticas, desarrollaron nuevas técnicas de caza y comenzaron a controlar animales que en el futuro serían domesticados”.

Curiosa escultura bicéfala. Presenta algunas innovaciones artísticas como una banda que le sujeta el pelo o el hecho de que sus cabellos hayan sido tallados con forma de estrías cerebrales. Podría representar algún tipo de dualidad. Foto: Francesc Cervera. Imagen

“Creemos también que fue esa prosperidad la causa del establecimiento de lugares monumentales con aspectos fuertemente simbólicos. Las construcciones de Karahan Tepe se han preservado en muy buenas condiciones, y ofrecen muestras de muchos fenómenos: una vida organizada, un cierto orden social distintivo de comunidades amplias».

«No sólo por las estructuras, sino también por los hallazgos de esculturas animales y humanas en tres dimensiones, lo que refleja bien las habilidades y el mundo simbólico de las gentes prehistóricas que vivían allí. Contrariamente a lo que se creía antes, la transición a una vida sedentaria y los cambios sociales que conllevó no fueron causados por la producción de alimento, sino que la producción de alimento fue una consecuencia de esta transición”, agrega Karul.

Escultura ‘Persona transportando un leopardo’, tallada en piedra caliza. ARCHIVO DE DE EXCAVACIONES DE KARAHAN TEPE / BEKİR KÖŞKER. Imagen

Hasta finales del siglo pasado, la historia de la sedentarización humana estaba escrita en claras etapas y se tenía a la agricultura y, posteriormente, la ganadería como causas principales del fin del nomadismo. Es lo que se conoce como la “revolución neolítica” y que daría lugar a los inicios de la civilización humana.

Sin embargo, los estudios publicados desde finales de los noventa, las nuevas técnicas científicas de investigación y datación y hallazgos arqueológicos en diversos puntos del planeta vienen desdibujando esos límites.

Detalle de piscina con pilares

“Tenemos pruebas de que las diversas etapas de sedentarización, agricultura, ganadería y desarrollo de la cerámica se dan en un orden diferente en diferentes partes del mundo. En Oriente Próximo hace tiempo que tenemos evidencias de que la sedentarización precedió a la agricultura”, asegura Amaia Arranz-Otaegui, arqueobotánica del Instituto de Historia del CSIC.

También establece una diferencia clave entre los cultivos de plantas silvestres y su domesticación, la cual hizo posible el posterior desarrollo de la agricultura y de la que las pruebas más antiguas se retrotraen al sur de Siria, hace 10.500 años, una época en la que los habitantes de Göbekli Tepe y su área eran todavía recolectores.

Por su datación -previa a la domesticación del cultivo-, la magnitud de su arquitectura, lo que demuestra una organización social, y sus consumadas representaciones artísticas, Karahantepe es totalmente disruptivo para la línea de tiempo de la historia convencional.

Fuentes:

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